Yo me acuesto, y duermo y despierto, porque tú, Señor, me sostienes.
Salmos 3:5 (RVC)
La noche aproximadamente tiene la misma cantidad de horas que el día, aproximadamente 12 horas, dependiendo de la época y ubicación puede variar.
Pero 12 horas, por lo regular tomamos 8 horas para trabajar, con los tráficos de la actualidad probablemente podremos tomar de 2 a 4 horas para movilizarnos, 2 para comer y 2 horas para compartir con la familia o redes sociales, si así lo prefieres. Lo que nos deja un saldo de aproximadamente 8 horas para poder descansar, muchos utilizamos solo 6 o 4 horas de este tiempo.
Sin embargo, a veces de esas 8 o 4 horas solo logramos dormir 2 o 3 si bien nos va, por las preocupaciones de la vida, los problemas, las tristezas etc.
Los problemas son para el día siguiente
El salmista en esta ocasión nos habla de un apoyo en sus brazos, "porque tú, Señor, me sostienes". Viene a mi mente la imagen de una madre cargando a su bebé. El bebé puede tener gases en su pancita, puede tener un dolor de estómago o algún tipo de problema digestivo y estar llorando por eso, pero viene la madre y lo carga en sus brazos, y le comienza a pronunciar con su boca "sh sh sh sh" y a los minutos el bebé se queda dormido, sin recordarse del problema o dolor por el que estaba pasando.
De la misma forma podemos venir a Dios y pedirle que nos tome en sus brazos y quedar totalmente dormidos sin recordarnos de nuestros problemas hasta el día siguiente.
Solo piénsalo, durante la noche, no puedes hacer nada por solucionar tu problema, pues todo está cerrado, tu mente está cansada y por lo tanto las cosas no van a fluir. Sin embargo, a la mañana siguiente luego de haber descansado tu mente está más ágil y el Padre puede colocarnos la solución en nuestra mente sin sufrimiento alguno.
El Valle de las Lagrimas
Hay épocas en nuestra vida donde es necesario que pasemos por algún valle, este valle puede causar tristeza en tu vida, podría ser la perdida de algún ser querido o algo que permita llevarte a la depresión.
» Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
San Mateo 5:4 (RVC)
No hay nada más especial que recostarte por las noches triste e incómodo por alguna situación desanimante, y buscar consuelo en tu Padre Celestial, mostrarle en oración tu estado de ánimo, llorar como ese bebé en los brazos de su madre y recibir el consuelo de parte de Dios. Luego de una larga y tendida "Lloración" podemos dar un largo y tendido suspiro y dormir profundamente hasta la mañana siguiente.
Llorar y descansar en el Señor puede ser lo que necesites esta noche para dormir como un bebé.
La Conclusión de esta Reflexión Cristiana
No importa cuál sea la situación que estés pasando recuerda que puedes venir a los brazos del Señor, Él te sostendrá y te guardará hasta el día siguiente.
Esperamos que esta reflexión cristiana corta pero con gran mensaje del Salmo 3:5, sea de bendición para tu vida, agradecemos que puedas compartirla, que Dios te bendiga.
