Algunos de ustedes dicen: «Yo soy libre de hacer lo que quiera.» ¡Claro que sí! Pero no todo lo que uno quiere, conviene; ni todo fortalece la vida cristiana.
1 Corintios 10:23 TLA
Lo que conviene y no conviene.
Cuantas veces hemos escuchado a personas decir: “yo puedo hacer con mi vida lo que yo quiera”. Y pues la verdad es que sí. Fuimos creados en un espacio de tiempo dentro de la eternidad, cada persona tiene su ciclo de minutos dentro de esta tierra, (algunos más que otros) al final Dios nos regaló ese tiempo para administrarlo como nosotros queramos.
Pero ten en cuenta lo siguiente, cada evento que tu realices en tu vida tiene una consecuencia.
En algún momento de mi vida estudie Programación de Computadoras, me encantaba la idea de aprender un lenguaje de programación, ya que de las instrucciones que uno le brinde a la computadora se pueden obtener resultados fascinantes. Y claro se siente tan bien crear algo útil, de un montón de programas que parecen irrelevantes. Pero existe un detalle, muchas veces los programadores no escriben el código correctamente, es un dolor de cabeza que a veces el programa No corre por un simple ";" o cualquier carácter que cierra una instrucción.
Sin embargo, aunque uno escriba una instrucción incorrecta, recibimos un resultado, y la consecuencia de no haber escrito la sintaxis correcta es un error.
De la misma forma nuestra vida es una plataforma de instrucciones, nosotros decidimos escribir las instrucciones que se ejecutarán en ella. Sin embargo, llega el momento en que el programa se ejecuta, y si escribimos el código correcto, obtendremos resultados satisfactorios, pero si por el contrario hemos escrito el código incorrecto, definitivamente obtendremos un resultado, pero no el que esperamos.
¿Cómo saber que me conviene y que no?
Cómo jóvenes tenemos una gran desventaja frente a las personas de avanzada edad, y es que no tenemos experiencia, por lo tanto, no tenemos esa habilidad de conocer si lo que vamos a hacer nos va a beneficiar o perjudicar. A esa habilidad de tener astucia, experiencia y discernimiento moral, se le llama Sabiduría. Por eso en cada decisión que tomes, pídele Sabiduría a Dios, así como lo hizo Salomón y él te la dará sin ningún problema.
Si alguno de ustedes requiere de sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios se la da a todos en abundancia y sin hacer ningún reproche.
Santiago 1:5 RVC
Actuando por el bien común.
Por eso, tenemos que pensar en el bien de los demás, y no solo en nosotros mismos.
1 Corintios 10:24 TLA
Luego de explicarnos en 1 Corintios 10:23, que podemos hacer lo que queramos, pero ante todo siempre tendremos una consecuencia; como un añadido especial, se nos indica que cómo jóvenes debemos pensar en el bien ajeno y no ser envidiosos buscando solo el beneficio propio.
Pueda ser que la envidia o el egocentrismo eviten que realicemos actividades pensando en los demás, pero, sino siembras en las personas que te rodean en esta edad, cuando tu vida avance resultarás siendo una persona solitaria y sin quien se preocupe por ti.
Para finalizar recuerda, esta regla de oro que te conviene mucho seguir en tu vida:
Trata a los demás como te gustaría ser tratado.
La Conclusión para los Jóvenes en Reflexiones Bíblicas.
No es necesario que te diga que cosas debes y no debes hacer, o que escriba una lista de las cosas que están prohibidas.
Lo que es perjudicial para tu vida, tú ya lo conoces, y si hay algo que no, pídele Sabiduría a Dios para tomar esa decisión. Pero, ante todo, hagas lo que hagas, recuerda que traerá un resultado en tu futuro.
Esperamos que este bosquejo o explicación sea de bendición para tu vida, agradecemos que puedas compartirla, y recuerda que todos los días aquí encontrarás una reflexión bíblica para ti, que Dios te bendiga.
