Salmo 139: 23, 24

23 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos;

24 Y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno.

 

Una bella relación

Que sincera y bonita petición de David ¿No? Tenía una relación con Dios tan bella y tan pura, y ¿sabes cuál era el secreto de David?  La Intimidad con Dios, la oración sincera, esa confianza y cercanía que tenía con su creador. Esa confianza que lo llevaba a no ocultar nada de Él, de mostrarse tal y cual era. Inclinar de tal manera su corazón y acercarse sin vacilaciones, sincero y tan humilde que sabía que en él también podía habitar la maldad, y es por eso que le pide a Dios que escudriñe su corazón. ¿Digno de imitar no lo crees?

Haciendo una Oración Sincera 

En el transcurso de nuestra vida y en algunas épocas de nuestra relación con Dios, nos cuesta exponernos así, sinceramente sabemos que Él lo conoce todo de nosotros, que no hay nada que podamos ocultarle, pero… ¿Por qué nos sucede esto, por qué no podemos hablar con tanta sinceridad con Dios? Muchas veces es por el pecado, porque este nos pone barrera, nos impide acercarnos, estar en intimidad, comunión y comunicación con Dios. Muchas veces es por falta de humildad, nos creemos sabios y santos, según nosotros no hay nada que hagamos mal, no reconocemos nuestra maldad, nos llega la ceguera y no vemos nuestras fallas. Y también por falta de sinceridad, pretendemos ocultarle lo que hay en nosotros, ocultamos nuestras verdaderas intenciones.

              

¿Qué debemos hacer?

Ponernos a cuentas con Dios de tal manera, que renovemos nuestra relación con Él, que nos humillemos ante Él y que podamos abiertamente decirle: Examíname, conóceme, pruébame, mírame y guíame. Ser sinceros y abiertos con Dios nos lleva a la mejoría de nuestra relación con Él y esto traerá paz y restauración a nuestro corazón. ¿Cuántas veces no hemos escuchado decir que el secreto de las buenas relaciones es la comunicación sincera y abierta? Pues en nuestra relación con Dios esta regla no es la excepción. Seamos intencionales en nuestra relación con Él, busquémosle de corazón, busquemos mejorar nuestra intimidad con Él, tú y yo sabemos que esto mejorará nuestra vida en todos los aspectos. Dejémonos guiar por Dios, seamos humildes de tal manera que le podamos decir al final de nuestra oración: Y guíame por el Camino eterno.

La Conclusión de esta reflexión bíblica.

Busca que tu actuar cada día sea el mejor para poder entregarte cada día como un sacrificio santo y agradable. Romanos 12:1

 

Esperamos que esta reflexión bíblica sea de bendición para tu vida, agradecemos que puedas compartirla, que Dios te bendiga.