Aunque se enojen mis enemigos, tú me ofreces un banquete y me llenas de felicidad; ¡me das un trato especial!Salmos 23:5 TLA
Todos hemos leído más de alguna vez en nuestra vida el Salmo 23 y estoy
seguro que muchos hasta se lo saben de memoria...
Un gran banquete.
Pero ¿alguna vez lo has analizado versículo por versículo?, ¿te habías
puesto a pensar en este en especial? Es interesante ¿no? Porque te das
cuenta de que Dios tiene principalmente un banquete para ti, aunque no
precisamente tiene que ser un banquete de comida donde haya todo tipo de
cortes de carnes y ensaladas muy deliciosas, sino que puede ser un
banquete espiritual con bendiciones que jamás imaginaste, a parte dice que
nos llena de felicidad, lo interesante de esto es que lo hace, aunque tus
enemigos se enojen.
Qué bonito sería una comunidad de personas que se lleven bien, donde no
haya pleitos donde no existan los enemigos; pero eso lo viviremos luego de
esta vida, en este mundo existen contiendas, personas que no están de
acuerdo contigo. Yo me he topado con personas que buscan hacernos la vida
imposible, que no les gusta la felicidad y menos verla en ti, pero ese es
otro tema. El asunto está en que, aunque haya personas que se enojen por
tu felicidad, Dios estará siempre dispuesto a hacer que cosas buenas pasen para verte
feliz; Así como un enamorado hace cosas especiales para ver sonreír a su
amada, de esa misma forma Dios nos quiere llenar de
felicidad.
La Gracia de Dios en tu vida.
Por último, dice que nos da un trato especial; Su trato especial es su
Gracia, eso que la gente ve en ti y muchas veces no sabe qué es y se ve
reflejado en tu rostro, que hace que la persona que te atiende en un
comercio te de algún obsequio, o que te atienda de forma preferencial; eso
que hace que algo que parecía difícil, contigo sea lo más fácil del mundo;
cuando las cosas te salen bien, cuando fluyen y no se atascan. Estos son
algunos ejemplos de muchos en los que Dios te da un Trato Especial, su
Gracia es un trato especial que solo Dios puede darnos.
Jehová es mi pastor.
Pero hay una condicionante, para recibir todos los beneficios del Salmo
23, tienes que hacer de Dios tu pastor. Debes de hacerlo tu guía, así como
guía el pastor a sus ovejas, tienes que dejar que te corrija, y hacerlo tu
máxima autoridad. Así que no lo dudes, los beneficios de que Dios sea tu
pastor son muchísimos, pero tienes que dejarte ser pastoreado por
Él.
Conclusión.
Déjate ser guiado por Dios, deja que Él sea tu máxima autoridad, tu jefe
y, permítete gozar de esos banquetes de bendiciones, que Él te llene de
felicidad, te dé un trato especial y goces de los beneficios de tener el
mejor jefe del mundo.
Esperamos que este bosquejo o explicación sea de bendición para tu vida, agradecemos que puedas compartirla, que Dios te bendiga.