Y aunque no seamos fieles, Cristo permanece fiel; porque él jamás rompe
su promesa.
2 Timoteo 2:13 TLA
El Amigo Fiel que todos necesitamos.
Sí, todos vimos esa película donde un juguete se hacía pasar por el amigo
fiel e incondicional de un niño, pero cuando este crecía, poco a poco se
olvidaba de su juguete.
Quizá de niño o en algún momento esa película te hizo llorar o te causo
algún sentimiento de tristeza, ya que el juguete siempre estaba allí, aun
cuando el niño ya tenía otras prioridades.
Un juguete no tiene vida, pero algunos niños incluso llegan a crear sus
amigos imaginarios para sentirse acompañados porque no tienen con quien
jugar o porque los demás niños son malos y los decepcionan, esa necesidad
de tener a alguien que no te falle, que teníamos de niños, aún sigue allí.
Es una necesidad de tener a alguien en quien confiar, alguien que no va a
hacer algo que te dañe. Esa necesidad es de Jesucristo, todos tenemos un
espacio inmenso de afecto en nuestra alma o nuestro ser que necesitamos
que sea llenado y ese espacio corresponde a Dios.
Los recuerdos de una verdadera amistad.
Un día conocemos a Dios y nos damos cuenta de que Él es todo lo que
siempre hemos necesitado y nos llenamos de alegría y emoción.
Compartimos todo con Él y dejamos que sea el centro de atención de
nuestras vidas. Todo iba tan bien hasta que…
Las distracciones.
Lamentablemente, así como el niño de la película, a veces vienen
distracciones a nuestra vida, pueden ser dificultades, problemas,
estudios, trabajo o personas que nos hacen desviar nuestra vista de
nuestro amigo fiel. Y así como el personaje principal de la película, Dios
se queda esperando, Él jamás rompe su promesa, está allí ahorita,
esperando que lo voltees a ver y le digas Padre, aquí estoy de nuevo, aquí
estoy de nuevo para ser tu amigo fiel.
Vuelve a casa.
Hoy el Padre te hace un llamado, y te dice, aquí estoy mi hijo, mi fiel
amigo, te fuiste, te diste la vuelta y me dejaste de hablar, me dejaste de
contar tus vivencias, de pasar tiempo conmigo. Pero estoy aquí para volver
a abrazarte y recuperar esa relación que teníamos cuando recién conociste
mi fidelidad, no me he ido, porque yo no falto a mis promesas, pero vuelve
a tu Primer Amor y que no sea un encuentro emocional, sino una verdadera relación.
La Conclusión de estar reflexión bíblica.
Querido hermano en Cristo, no dejes que una distracción te desenfoque del
Amor de Dios, del amigo fiel que encontramos en Jesucristo, recupera esa
relación, porque Dios está esperando por ti.