Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
S. Juan 3:16 RVR1960
El mejor regalo de navidad
Si bien es cierto, no sabemos en qué fecha exacta nació nuestro Salvador, hace más de dos mil años nació un bebé que cambiaría el curso de la humanidad, reseteando la cuenta del tiempo y dándonos el regalo de una verdadera comunión con Dios a través del perdón de pecados que sería efectivo 33 años después del nacimiento del Salvador con su muerte y resurrección.
Un pecado nos había separado
La biblia nos relata en Génesis 3:6 que Eva la primera mujer, junto con su esposo Adán desobedecieron a Dios por la tentación del diablo representado por una serpiente, el diablo tentó a Eva, quién cayó en el engaño, y terminó por convencer a su esposo.
Este pecado fue el responsable de la separación de Dios y de una muerte eterna.
El pueblo escogido
Luego de estos acontecimientos Dios escogió un pueblo que recibió por nombre Israel, al cual le dio ciertas instrucciones para que por medio sacrificios de animales pudieran cubrir su pecado y acercarse a Dios, pero esta no fue la solución debido a que el sacrificio de animales no era suficiente para cubrir sus maldades y también por la condición de pecado en la que se encontraba la humanidad.
El regalo del Perdón
Debido a esta situación, Dios decidió enviarnos a su hijo Jesucristo, para vivir en esta tierra, sin mancha alguna, siendo el verdadero ejemplo de cómo debió haber sido el ser humano desde sus inicios, y predicando el arrepentimiento y perdón de pecados por medio de Él, para culminar su vida a los 33 años con una muerte inmerecida, pero por medio de su sacrificio nos regaló el perdón verdadero a todo aquel que en Él cree y lo confiesa como su salvador, es decir no sólo para el Pueblo de Israel, sino para toda la humanidad.
Razón para celebrar
Esto nos da una razón para celebrar, podemos estar cerca de Dios por medio de Cristo, ¡Tenemos vida eterna! No importa que día lo célebres incluso es motivo de celebración diaria. Cristo es nuestro Salvador.
La Conclusión en Reflexiones Bíblicas
Si no has hecho de Cristo tu Señor y Salvador te invito a hacerlo, solo tienes que hablarle, arrepentirte de tu vida pecaminosa, confesarte ante Él, recibirlo en tu corazón y reconocerlo como tu salvador, y Él te recibirá con los brazos abiertos; Dios te bendiga.
